- Un repertorio infinito de llamadas (peligro, nerviosismo, celo sexual)
- Una señal analógica que refleja la magnitud de un estado (el zumbido de las abejas)
- Variaciones al azar sobre un tema (el canto de los pájaros)
- Infinito
- Digital (los elementos discretos se reorganizan en determinado orden y combinación)
- Composicional (cada combinación tiene un significado distinto que se puede predecir según los significados de sus partes y las reglas que lo combinan)
Así pues, tenemos dos bandos:
- El hombre tiene cualidades del lenguaje que ningún otro animal tiene.
- Todas las propiedades se encuentran en los animales.
La falacia de esta discusión es que existe una frontera que otorga a la especie que está en una lado un rasgo superior, mientras condena al ostracismo a las del otro lado. Una superioridad de las especies frente a otras, la evolución vista como un proceso lineal e intencionado.
En el árbol de la vida hay rasgos que pueden surgir en cualquiera de sus ramas, algunas de las cuales pueden conducir al humano o no. El problema está en saber qué tipo de relación tienen:
- Analogía: rasgos con función común, aunque hayan surgido en diferentes ramas, no son variantes de un mismo órgano (alas de aves y alas de insectos).
- Homología: pueden cumplir o no la misma función, si bien descienden de un antepasado común y tienen una estructura similar (el ala de un murciélago, la pata de un caballo).
A pesar de todo, intuimos que no somos iguales que los animales y nuestro lenguaje es diferente. ¿Cómo solucionamos esta paradoja?
2 comentarios:
¡¡felicidades, otra vez!!
Jajajaja, ¡gracias de nuevo! Se lo debo al profesor que tuve en 1º de carrera en la asignatura de lengua :).
¡Un saludo!
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